Una de las metáforas más conocidas utilizadas en terapia de Aceptación y Compromiso es «Los pasajeros en el autobús» de Hayes. En este ejercicio, tienes que imaginar que eres el conductor de un autobús, y que el autobús representa tu vida. Debes averiguar en qué dirección quieres ir y tenerlo presente, como tu brújula.
Pero no estás solo. Hay pasajeros que subirán al autobús por el camino (y algunos pueden haber estado sentados allí durante una larga parte del trayecto), que representan tus pensamientos y sentimientos, y tratarán de decirte hacia dónde ir.
Es agotador intentar escuchar a cada pasajero, cada uno tirando de ti en una dirección diferente «Ni lo intentes, fracasarás» dirá uno; «Pero tienes que demostrar tu autoestima. No eres nadie si no sigues haciendo cosas», dirá otro. Pronto te darás cuenta de que no puedes complacer a todos. ¿Qué pasaría si dejaras que los pasajeros tomaran el volante diciéndote qué ruta tomar? En lugar de eso, puedes escuchar las quejas de cada pasajero, como si fueran una radio que suena de fondo, y centrarte en la carretera y la dirección que estás tomando. Sí, hay sonidos molestos de fondo, como una molesta mosca en el parabrisas, pero eso no te impedirá disfrutar de la puesta de sol que puedes ver delante.
Esta metáfora nos ayuda a comprender que podemos elegir cómo responder a nuestros pensamientos y sentimientos en lugar de dejarnos llevar por ellos, fomentando lo que llamamos «flexibilidad psicológica«.
Y ahora pregúntate: ¿qué pasajeros viajan en tu autobús en este momento? ¿Dónde está tu atención mientras conduces el autobús? ¿Te centras en lo que dicen los pasajeros o dejas que divaguen en segundo plano mientras tú miras hacia delante?
